La demanda de energía crece más rápidamente que la población mundial. En particular, la electricidad, que cada vez se produce más mediante gas o fuentes renovables, en detrimento del carbón y de los aceites pesados, así como la energía térmica para las redes de calefacción y de refrigeración urbana. Sin embargo, una de las mejores maneras de tener más energía disponible no es generando más y malgastarla, sino aumentando la eficiencia de cada aparato, recuperándola, reciclándola y reutilizandola. Los economizadores de condensación aplicados a las calderas y a los grupos electrógenos, así como a los sistemas de cogeneración y de trigeneración, mantienen las energías que antes se malgastaban en útiles y disponibles.